CRIA DE PECES

Publicada el 12 Abril 2020

Cómo se desarrolla en Entre Ríos, la visión de sus actores

Se habla de acuicultura en vez de piscicultura porque es un concepto amplio de un sistema de producción compuesto por peces u otras especies acuáticas que desarrollan su ciclo de vida en el agua, junto con plantas superiores, algas macroscópicas y microorganismos útiles. Aprovechando las interrelaciones que se establecen en el sistema

Pese a las potencialidades –alimentos, agua, recursos humanos capacitados- Argentina llegó a producir en el año 2016 unas 4.000 t frente a las aproximadamente 100 Millones de t mundiales, de las cuales el 70% aproximadamente correspondieron a China.

Para ese año, se alcanzaron aproximadamente 2.000 t de pacú, 1.500 t de truchas y 500 t de otras especies. Ese valor fue el máximo hasta el momento con valores variables entre años y especies.

El consumo de pescado total, en el país, incluyendo todas las especies y las de captura, está en alrededor de 7,9 kg/hab/año, con regiones inferiores a 5 kg/hab/año y CABA con 13,5 kg/hab/año. Se consideran cifras bajas, teniendo en cuenta que el consumo mundial ronda los 20 kg/hab/año.

Se puede pensar que la acuicultura en la Argentina, pese a ser una actividad apenas incipiente con respecto a la mundial, tiene condiciones para ser una producción “limpia” porque es no contaminante y la carne producida no proviene de agua contaminada como muchos de los pescados de río.

Recursos provinciales para la actividad

Aunque no se cuente con el clima ideal ya que en el invierno la temperatura del agua baja considerablemente, se puede realizar acuicultura en Entre Ríos con procesos más largos que en el norte del país y buscando las especies que más se adaptan. Esto es de crucial importancia debido a que los peces y varios de los organismos producidos de esta forma –ranas, langostas, camarones, reptiles, otros- son poiquilotermos o ectotermos. Significa que no producen su propia temperatura manteniendo la temperatura del entorno.

La dirección Nacional de Acuicultura e INTA poseen a nivel nacional un programa de desarrollo de esta actividad con generación de información y capacitación de emprendedores. Entre Ríos cuenta con dos estaciones de investigación: una en La Paz fruto de un convenio entre el Ministerio de Producción y la Municipalidad; otra en Concordia —conocida como “El Alambrado”— que se puso en marcha tras un acuerdo entre el INTA y la Comisión Técnica Mixta Salto Grande. En el año 2019 se inauguró en Diamante un tercer centro piloto de piscicultura, una obra que se realizó durante los gobiernos de Cristina Kirchner y de Macri con una inversión de 37 millones, pero nunca se puso en funcionamiento. El Centro Acuícola iba a ser operado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación con la cooperación del Municipio de Diamante y la utilización de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) como base específica para las prácticas de acuicultura.

Durante 2020 se creó dentro en la Dirección de Recursos Naturales el área de acuicultura. Pablo Gudiño Coordinador de pesca, aclara: “Se está trabajando conjuntamente entre INTA, productores y el área de Recursos Naturales de la provincia para que la acuicultura sea un complemento tanto de la pesca artesanal como de la deportiva, bajando la presión sobre el recurso proveyendo de especies que están casi extinguidas. La cría y la pesca de pescado pueden ir de la mano, desde el área se apunta a la disminución de la pesca extractiva tanto artesanal como comercial”.

LA VISIÓN DE INTA

El Ingeniero Alejandro Curto a cargo de la investigación y capacitación en el Centro Regional INTA de Entre Ríos, asegura: “es una forma de diversificación de los sistemas de producción. Además de agregado de valor a los granos, a los subproductos de la actividad agrícola, de la industria frigorífica. Entre Ríos es riquísima en esto y en plantas de alimento balanceado. Tiene agua, insumos y además la posibilidad de tener gente entrenada en producciones intensivas. También puede se un complemento de los sistemas de producción tradicionales, con citrus, arándanos o forestales o del turismo con los sistemas de pesque y pague”.

Pero es una actividad que necesita ordenamiento y desarrollo. Con lo cual recomienda varios puntos para aquellos que quieran comenzar. Principalmente analizar los recursos de que se dispone: un lago, un tajamar, maquinaria para excavar, un arroyo, un tanque australiano, un galpón y qué sistema se adoptará , intemperie, aguas abiertas con jaujas, piletones o estanques. Proyectar si se producirá para el mercado o para consumo propio. Estimar cuánto cuesta comenzar y la escala a alcanzar con el tipo de sistema adoptado. Entre otras investigar cómo producen los que están en el sector ya que: “es un sector nuevo en Argentina y hay gente dispuesta a compartir sus experiencias”.

https://inta.gob.ar/noticias/cinco-claves-para-iniciarse-en-piscicultura

CORRELATO DE LA ACTIVIDAD

Los productores entrerrianos han elegido al pacú como pez objetivo predominante para su estudio, desarrollo, cultivo y venta en mercados locales y regionales. La especie (Piaractus Mesopotamicus) está vedado a la pesca artesanal, comercial y deportiva. Aunque también tiene muchas posibilidades el amur que se adapta muy bien y el costo de la alimentación es menor porque es herbívoro.

Durante el año 2019 la contribución de la provincia al sector acuícola nacional fue solo del 0,38%, unas 150 toneladas mientras que la pesca comercial entrerriana o de captura en los ríos ronda las 7.000 toneladas anuales entre sábalo y especies acompañantes.

En la provincia hay entre 10 y 15 establecimientos acuícolas productivos, algunos de los cuales están funcionando como demostradores en el proceso de difusión de la actividad. El sistema de pesca y pague o coto de pesca se está difundiendo mucho porque es un complemento importante del turismo y las termas, hay tres en Concordia, uno en Santa Anita y otros que se están desarrollando en Gualeguay y Victoria de tarariras, una especie piscívora.

Existen cuatro frigoríficos en la provincia pero el estándar productivo no permite el abastecimiento que requieren. Diferente es la situación de Misiones por ejemplo; con más de 4000 productores; la mayoría chicos que hacen factible la actividad. Donde también hay grandes como Romance y Rosamonte las dos yerbateras además de aquellos que crían para auto-consumo vendiendo el sobrante a la feria.

Entre Ríos no está adherida a la ley Nacional de Pesca que crearía condiciones para que los productores puedan acceder a beneficios impositivos y crediticios generando muchas expectativas entre los actores que consideran debe ser propositiva, de fomento y con impronta provincial.

PRECUSOR EN LA PROVINCIA

Sebastián Almará es uno de los productores pioneros en la zona del Departamento Paraná y si bien en un principio se especializó en la cría de pacú, hoy tiene un laboratorio de reproducción de distintas especies que es referencia y provee a otros productores del país. Comercializa alevines de pacú, amur, sábalo, tilapia; y carpas koi de colores, que a diferencia de las demás especies tiene fines ornamentales. Nos acercamos a su criadero para conversar con él, donde pudimos entender mejor los requerimientos de la actividad.

Los peces al nacer tienen una reserva que es el saco vitelino del cual se nutren por 3 ó 4 días y cuando se terminan de formar empiezan a comer. “Nosotros hacemos la reproducción tenemos un pequeño laboratorio donde mantenemos las larvas unos días para que no sufran tanta mortandad. Ahí les damos de comer, los sacamos a los piletones cuando cumplen entre 10 ó 15 días. Un pacú hembra puede largar 500.000 huevos, se venden por millar en tamaño grande”. El precio hoy es de $ 35 el alevín aproximadamente. Se trasladan en agua preparada con oxígeno en bolsas.

Cuando salen del laboratorio se siembran donde se logra el alevín. “contamos con carpas grandes que se sembraron en primavera, que no tienen límite de crecimiento. Mantenemos reproductores en distintos estanques, pacú, tilapia, sábalo y carpas herbívoras o amur, la carpa koi en el tanque australiano, este año hicimos algo de boga sin muchos resultados. El pacú no come algas y la carpa sí por eso el estanque está verde.

Hacemos la reproducción de los alevines y ahora estamos en un proyecto en Concordia de engorde. Apunto al pacú porque tiene un buen mercado y es muy noble para producir y se adapta a un sistema de producción. El surubí y el dorado son más complicados de producir. En acuicultura se busca peces que tengan buen valor, que escaseen o con un mercado que lo valorice.

El negocio por dentro

Los alevines comen balanceado de flote para peces producido por una fábrica de Santa Fe, Pez campero fabrica uno que no flota y no se aprovecha tanto con lo cual piensan comprar una extrusora. “No hay muchas opciones para comprar porque tampoco hay demasiada demanda. Está $100 el kg de alimento y para un Kg de pacú necesitas 2 kgs de alimento. Con lo cual para producir 1 kg de carne tenés un costo de $230 entre alimento y alevín, más un año y medio de tiempo”. El pacú nace en a fines de verano, en el norte más temprano y cuando termina el verano tenemos que lograr un pez de 200 grs, en mayo con frío no se alimenta más, es un pez que hiberna. El frío intenso los puede llegar a matar y cuando arranca la primavera empieza el engorde pasando -de los 200 grs inicial- a fines del segundo verano entre 1,2 /1,5 kg. Ese es el peso de faena. “Nosotros queremos proveer ese juvenil una vez que terminó el invierno, que el productor solo deba engordar ese kilo evitando no solo el invierno sino la depredación”, asegura Almará.

En cuanto Los productores del norte tienen menos problemas de frío pensando en el pacú. Las carpas son menos problemáticas para el frío pero son más difíciles de comercializar, para autoconsumo es una carne espectacular sin grasa, de carne blanca que se logra de una forma más barata, se las puede alimentar con pasto o generar fitoplancton. El pacú en cambio es muy demandado. Las tilapias que producimos las compran para hacer proyectos de acuaponia pero en Entre Ríos no es muy demandada, sí lo es en Buenos Aires gracias a la comunidad china que compran el pez vivo para consumo.

El máximo de producción que lograron de pacú fueron 5.000 kgs en un ciclo, que comercializaron mediante un acuerdo con un frigorífico de Santa Fe y la generación de la marca propia y el producto en SENASA. “El camión levantaba el pescado lo llevaba, lo faenaba, despinaba y lo mandaba envasado. Algunos productores comercializan a pie de estanque. Nosotros no podemos hacer sala de faena por estar en el ejido urbano. Acá no tenés frigoríficos que puedan hacer el servicio de faena, los que hay trabajan pescado de río, con lo cual manejan precios que no le sirven a un productor.

Nuevos desafíos con agua termal

Apuntan nuevamente al engorde de pacú para venta de carne. El emprendimiento se desarrolla en Concordia donde alquilaron una estación de piscicultura abandonada que en su criaba langosta. “La ventaja es que cuenta con agua termal lo que nos permite olvidarnos del frío y el invierno. Estamos haciendo engorde con densidades altas súper intensivas, en estanques de lona, aireación, recambio de agua, buen alimento. Todavía no tienen muy resuelto cómo será la comercialización: “en este lugar es posible instalar planta de faena pero en la zona hay cooperativas de productores que tienen sala de faena habilitada y nuestra producción les sumaría trabajo todo el año.

En general la cosecha se hace escalonada porque hay cabeza de lote, el grueso y la cola de lote. Se busca que el pacú no sean tan grande- no más de 1,500 kgs, ni menos de 1,200 Kgs. “En otras oportunidades la cola la usábamos para escabeches, en general eran vendidos en regionales o cuando la gente nos visitaba. Estuvimos por 6 años sin producir carne, pero ahora que retomamos seguramente lo implementemos porque además estamos en el corredor turístico del Rio Uruguay que es muy importante.

Sumado a esto nuestra provincia tiene la cultura del pescado de río y el turista lo pide, es un nicho que se podría capitalizar. “Es ahí donde hay que enfocar esta producción porque el restaurante paga bien el producto. Aparte los recursos pesqueros cada vez son menores y las últimas bajantes de los ríos van a repercutir por dos años”, asegura Sebastián Almará.

Sancor seguros