El gobierno nacional sorprendió al sector con la publicación en el Boletín Oficial de un decreto que elimina, de manera transitoria, los derechos de exportación para granos. La medida regirá hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar declaraciones juradas de ventas al exterior por USD 7.000 millones, lo que ocurra primero.
La decisión busca acelerar el ingreso de divisas en un contexto de fuerte tensión cambiaria: el dólar oficial escaló hasta los $1.515 y el Banco Central perdió más de USD 1.100 millones de reservas en pocos días. Sin embargo, en el sector productivo y exportador las reacciones muestran entusiasmo inicial, aunque también cautela frente a las condiciones que impone la normativa.
Consultada por Baqueano, la analista de mercados Paulina Lescano explicó que el impacto inmediato dependerá de la dinámica de las operaciones en el corto plazo:
“Si esta medida llega a funcionar, debería generar una mejora sustancial en los precios de la soja en dólares por tonelada. En el caso de maíz y trigo, el beneficio ronda los 20 dólares por tonelada. Sin embargo, me parece difícil que veamos una suba tan lineal, porque entran en juego muchos factores”, señaló.
Uno de esos factores es la exigencia de liquidación de divisas:
“El decreto obliga a los exportadores a ingresar los dólares dentro de los tres días hábiles posteriores a la declaración jurada. Esa rapidez es muy difícil de cumplir y puede frenar operaciones”, advirtió Lescano.
Además, la especialista remarcó la actitud de los productores, que podrían resistirse a vender de inmediato:
“Si cada vez que vendieron después el precio siguió subiendo, la tendencia natural es esperar. Cuanto más expectativas alcistas haya, más difícil va a ser que liquiden rápido”.
Un beneficio que puede durar poco
La letra chica del decreto también abre interrogantes sobre la duración real del beneficio. Según la norma, la eliminación de retenciones caduca no sólo el 31 de octubre, sino también en caso de que se alcancen antes las declaraciones de ventas por USD 7.000 millones.
“Si esto funcionara espectacularmente bien y los exportadores hacen una súper declaración jurada en dos semanas, el beneficio se termina ahí. No es un cheque en blanco hasta fin de mes”, explicó Lescano.
Ganadores y perdedores en el corto plazo
La medida genera oportunidades para quienes aún conservan granos, pero también tensiones en otros sectores del agro:
- Productores con stock de soja o maíz: se benefician con la suba inmediata de precios.
- Consumidores y arrendatarios: enfrentan un encarecimiento repentino de costos.
- Productores sin respaldo de granos: quedan expuestos si ya habían vendido para cubrir alquileres o compromisos financieros.
“Para algunos es una buena noticia, pero para quienes venían especulando con precios a la baja para pagar alquileres, este cambio es muy significativo en contra”, concluyó Lescano.